martes, 16 de agosto de 2011

Del negro azulado de mis cabellos y otros enredos

Nunca me gustó mi cabello. De pequeña, lo llevaba corto; era el típico corte hongo elegido por mi madre, fue curioso el día que el amigo de mi primo dijo: "Hey! tu primita se parece a Ringo Starr"...
Dejé mi cabello crecer para así parecer una niña, vamos en esos tiempos era considerada una mutante o algo parecido y cuando entré a la pubertad, este empezó a ponerse mas grueso cuales hilos negros y la abundancia del mismo...ni que decir!. Mi solución era (y sigue siendo aveces) simple: recogerlo y hacerme una cola de caballo o un moño...Listo! se acabó el payaso, pero...la verdad es que me invadían las ganas de llevarlo suelto y correr por una pradera llena de flores, que se moviera al compás de la brisa, que sea digno de un comercial...pero nada.
Me gustaría usar listones, vinchas o gorras, pero mi cabecita es tan sensible que no aguanta nada, el dolor es instantáneo (cabe resaltar que nunca me gusto usar sombreros, pero ahora con el sol poco amigable creo que va a ser necesario...ahhh tambien soy media cabezona, para rematar!).
He probado todos los shampoos y reacondicionadores existentes en este país y NINGUNO logra lo que yo quiero: "no frizz, no esponge y liso perfectísimo". Misma Britney Spears casi me rapo toda la cabeza en un momento de frustración, de luchar con mi cabello, de la relación amor-odio existente entre nosotros. Estaba a punto de hacerlo...lastimosamente la rasuradora no encendió. Pero por ahora vamos bien, mi peluquera descubrió una nueva técnica de entresacado en zic zac y pues me siento mejor, ya no hago tanto berrinche.
Que si me ondulo,que si me hago rubia, que si me corto pequeño, que si mejor me cambio de cabeza...No señor!
Y es que si no puedes con el enemigo, entonces únete a él. Eso si, déjame decirte querida melena! si no te comportas lacia, terminarás siendo tanas.
Tengo la remota esperanza de que un día mi cabello sea hermoso, que cumpla con todos los requerimientos que pido...¿Acaso es  mucho?, hasta entonces seguiré gastando la mitad de la botella del reacondicionador a diario, para que mínimo se vea decente y suave y poder salir a la calle llevando el pelo suelto, para que el viento haga de secadora y para que alguien se pierda en el olor negro azulado de mis cabellos.

PD. Ya encontré a alguien que se pierde entre mis cabellos, ahora francamente el resto no me importa.

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